Artes Visuales: Inauguraron La visibilidad es una trampa en salas

La exposición se desprende del Taller de Creación con Imágenes coordinado por Marcos Goymil y reúne las producciones de nueve artistas. Se puede recorrer hasta el domingo 18 de septiembre con entrada gratuita, en el espacio universitario.

Una nueva muestra fue inaugurada en las salas de la Usina Cultural (UC). Se trata de La visibilidad es una trampa, una exposición que se desprende del Taller de Creación con Imágenes coordinado por el docente y fotógrafo Marcos Goymil. Las obras pertenecen a nueve artistas de la ciudad y la región y podrán visitarse hasta el
domingo 18 de septiembre con entrada gratuita.

Las producciones que presenta la propuesta, devienen de la labor realizada por quienes integraron durante 2021 el espacio que Goymil lleva adelante, en donde se trabaja la creación de imágenes a través de la experimentación y el vínculo con la fotografía. Mediante la utilización de diversas técnicas y conceptos, los autores materializan sus
intereses e inquietudes en cada pieza, incentivando a los espectadores a conectarse con las historias que laten detrás de cada representación.

Es importante mencionar que esta es la segunda oportunidad en que la muestra transita las salas de la UC. La anterior tuvo lugar en 2019 y congregó la labor de ocho artistas. La exposición se puede recorrer de lunes a domingos de 8 a 20 horas, con entrada gratuita. En el espacio cultural ubicado en calle Sabattini al 51, hasta el domingo 18 de
septiembre.

Las obras y sus autores

Miradas por Patricia Diaz

Captar detalles, que están ahí, pero que simplemente son efímeros…es una de mis tareas cotidianas, con una cámara en mano o sin ella…gracias a esto, soy una afortunada espectadora y cazadora de momentos únicos e irrepetibles.
Uno de ellos, mi primer encuentro con este organismo colonial de aguas cálidas, fue tan maravilloso y atrapante, que aún hoy me sigue maravillando…

Enfrentarnos a la belleza, a la simplicidad de formas, a lo llamativo de ciertos colores…puede hacernos perder de vista la peligrosidad de ciertas cosas. O al revés, la peligrosidad y/o el miedo al sufrimiento que provoca su “picadura”, puede hacer que perdamos un valioso tiempo que nos permita contemplar la simplicidad y perfección
que se vislumbra en esta masa transparente, llamativa y ¿pegajosa? (…a eso no lo sé).

Amaryllis equestris por Luis Licari

Mi propuesta nace de una secuencia fotográfica durante el crecimiento de las flores de Amaryllis. Encontré de forma intuitiva “coincidencias o analogías entre el reino vegetal y animal, específicamente entre la flor y la forma de la cabeza del caballo”. ¿Qué es lo que pensó Linneo cuando denominó "Amaryllis equestris" a una especie
que hoy llamamos Hippeastrum? quizá nunca se sabrá, no obstante, una acotación en la descripción de la misma en una revista de botánica de 1795 puede arrojar alguna luz sobre el tema. William Curtis en esa revista, al describir las dos partes de la espata que cubren los pimpollos comentó que los mismos "se levantan en un cierto período
de la floración de la planta, como si fueran orejas, dando a toda la flor un gran parecido con la cabeza de un caballo". Aparentemente Carlos Linneo estuvo totalmente de acuerdo con la observación de Curtis cuando decidió bautizar a ésta especie del género de las Amariyllis como “equestris”.-

Blanca por Claudio Martínez

Trabajadora, alegre, respetuosa, luchadora, sencilla y muy querida. Así era Blanca. Así la recuerdo.
Le encantaba contemplar el jardín, las rosas sus preferidas. Hacer quinta, escuchar música y tararear canciones.
Amasar pastas, y hacer empanadas siguiendo siempre la misma vieja receta. Muy religiosa, iba a la Iglesia todas las semanas. Siempre con el mate listo, muy agradecida para el que se llegaba a visitarla. Le gustaba festejar su cumpleaños. El lunes 23 de septiembre de 2019, luego de que la Fiscalía autorizó su traslado, Blanca quedó alojada en la sala 12 del Hospital Regional Ceballos de la ciudad de Bell Ville. Días más tarde se marchó. El viernes 27 de septiembre deambuló en la plaza del barrio Jardín, contempló las flores y, sentada en un banco, descansó. Cortó una flor, que la acompañaría en su procesión. Caminó por calle Parmenia Romo, saludó a vecinos. Sonriente se la vio. No se supo más nada de ella. El domingo 28, en el Río Ctalamochita (Av. Italia y Av. Faustino molina), un cuerpo
apareció. Con estas imágenes realizadas en los últimos años, intento expresar una parte de lo sucedido en la primavera del 2019, donde vi por última vez a mi madre Blanca.

Zulema por Marcela Giménez

Zulema, mi vieja, mi madre… a partir de ella , y luego de mucho pensarlo, masticarlo, y dudarlo decidí apropiarme y que mi cámara la tome como protagonista. Zule, como la llamó muchas veces, tiene 81 años. Nació en la Provincia de Santiago del Estero y vino a Buenos Aires a trabajar desde muy niña, adolescente quizás, y a partir de allí siempre su vida fue en función del trabajo. Toda su vida trabajó. Primero para ella y luego cuando nacieron sus hijos para
nosotros. Cuando se separo de mi padre tenía aproximadamente 40 años, la edad crítica para muchos, que quizás hoy pase a segundo plano. Podría decir que hace 40 años ya era una mujer empoderada. En ese tiempo volvió a trabajar: había que traer el pan a la casa y se dedicó a limpiar casas. Así fue hasta sus 60 años cuando coincide con la muerte de su última patrona a quien cuidaba con dedicación, y que el cáncer de mama despierta. Pasó el tiempo, pasaron cosas y la vida continuó y continúa… Zulema también se transformó… Comenzó a ver la vida de otra manera, comenzó a quizás, disfrutar de lo que hay la gente que la quiere, que la ama y que también a “hacer “ otras cosas que el tiempo y ella misma no se permitía. Zulema es muy buena en el quehacer doméstico y muy crítica, su lema es “Todo tiene forma” EL tejido no era una tarea para ella, era una pérdida de tiempo, era para mujeres que
estaban sentadas mirando la tele, pero a su vez le gustaban las carpetitas bordadas, esas delicadezas que son lindas tener… hasta que un día, comenzó a tejer y esta terapia se transformó en un quehacer. tejido a crochet; como toda perfeccionista, quisquillosa, hacia y deshacia. Hasta hoy su técnica son cuadrados de distintos colores que armoniza mente une para hacer colchas o zapatitos para invierno. Lo maravilloso para mi es ver como combina los colores, los contrasta y el buen gusto que tiene… siempre fue una mujer delicada más allá de que su tarea no lo era. Hoy pretendo centrarme en la Zulema tejedora que con mucho amor y cuidado que vuelca en ese hacer todo lo que ella es: detallista, cuidadosa, amorosa, generosa. La Zulema que no pretende ser. Como mujer coqueta no le gusta que le saquen fotos, solo tiene fotos de cuando viajaba y viaja, pero voy a retratarla sin invadir, y mientras conociendo mas de ella, acompañándonos y conociéndonos, cada una desde lo que sabe: ella tejiendo y yo fotografiando.

Proyectos por Meli Urbani

Éste fichero hace material archivos de ideas, procedimientos, juegos, transformaciones y apuntes en un intento de mirar desde afuera lo propio. Coexistencia. Espacios-objetos. ¿Cómo transitamos los espacios? El tiempo es una
experiencia subjetiva.

El tesoro por Pablo Fiorito

Cardinal. Recorridos aéreos y subterráneos por sitios imprecisos que se vuelven precisos al momento del hallazgo.
Número cardinal, cuantificable: 1971, 13, 16. Piezas y tableros de búsqueda, aleatoriedad, predicción, precisión, azar.
Cardinal. Número cartesiano. Coordenadas: 32º48´54"S 63º52´20"O, General Cabrera; 32º51´22"S 64º02´18"O, Médanos de Carnerillo; 33º00´54"S 64º10´47"O, Chimenea de Chucul; 32°58’20.2"S 63°05’47.2"O, Castillo Olcese. Es semejante: Marte, Sudáfrica o General Cabrera. Búsqueda y cotejo, para poder enunciar y dar forma. Cardinal en la existencia de un sujeto, que revisa, repasa y desentraña una historia, que es suya. La reconstruye, la pone en valor. Labor de objetivar y subjetivar, en un
contexto/otro. Documento, pieza arqueológica, antropológica, búsqueda y aparición. Revelación. Pablo Fiorito conjuga valor científico, fotografía técnica y documental, archivo e historia personal, en un conjunto de piezas que establecen un juego dialógico entre arqueología histórica y arqueología personal. Construye una cartografía axial, traza recorridos realizando pesquisas de sitios, vuelve a andar caminos. Acción que refleja y afirma, trae al presente una historia pasada. Veneración a la vida, homenaje a la muerte. ¿Cuál es el tesoro? ¿el hallazgo, el anecdotario o el recuerdo? ¿Cuál es el tesoro? ¿el que subyace bajo la corteza terrestre o bajo la epidermis? ¿Cuál es el tesoro?
Texto: Emiliana Sinigaglia

Rio por Enrique Martínez

El proyecto “Rio” es el registro fotográfico del río de Villa María y su entorno, a modo de investigación y sobre todo a modo vinculación y de descubrir la afectación del río sobre nuestras vidas. La ciudad de Vila María se construyó a la vera del Río Ctalamuchita (Río Tercero). Nuestra costanera tiene una extensión de varios kilómetros de longitud y diferentes barrios han sido construidos en esos terrenos. El 27 de febrero de 2014 hubo una creciente y el agua inundó las casas de los barrios Vista Verde y Mariano Moreno, junto a estos la corriente también atravesó mi casa en
la que vivo con mi familia. Esta inundación me hizo dejar de disfrutar del río. Han sido años de amor y de distanciamiento. Tan cerca y tan lejos. Me atrae, pero me da miedo. Esto me incentivó a querer recorrer y registrar las distintas partes que conforman el río, conocer su cauce, manteniendo una relación ambigua. Por otra parte desde el 2015 vengo investigando sobre diversos procesos alternativos fotográficos. Concibo a la cianotipia como un proceso artístico contemporáneo. Mi búsqueda está enfocada en los recursos expresivos de la técnica y en los distintos tipos de formatos. También investigo en la variación del color azul característico de la cianotipia y modifico algunas de mis obras con distintos tipos de virados de color. Quiero que el río, así como atraviesa mi ciudad y atravesó mi casa, también atraviese mi obra, por lo que revelo las cianotipias de este proyecto en las aguas del río. La
metonimia de sumergir mis obras en sus aguas nuevamente.

Inmersión y disolución por Atenas Adalid

Cuando oímos hablar de un zahorí nos viene espontáneamente a la imaginación la figura de una persona caminando un terreno con una vara en forma de horquilla en las manos en busca de un lugar en donde cavar para alumbrar un pozo. Alumbrar pozos de agua con la vara ha llamado poderosamente mi atención desde mi niñez, tal vez por su relación con lo adivinatorio de lo sumido en la relación mente- cuerpo, esto que el zahorí opera y manifiesta o en algo más profundo y que roza la labor de disolver la incertidumbre de la presencia de aquello que se busca. El símbolo
acuático es el arquetipo alegórico, pues mi interés está en el propósito de operar y el deseo de encontrar, lo que involucra sumergirse en una gran búsqueda y la búsqueda implica disolución. En este proyecto trabajo como un zahorí. El modus operandi es situarme en un ángulo del terreno con la vara sostenida en mis manos. La técnica es determinar la dirección en la que pudiera hallarse lo que se busca, luego no tengo más que deambular. Esto se repetirá hasta que mis pies pasen por encima de la vena de agua para luego detallar y descifrar la cartografía de lo que la vara predijo. Estos registros son imágenes y testimonios que prueban su existencia, para luego
disolverse.

Efímero por Georgina Guallan

Evocar un recuerdo En este camino con la fotografía he aprendido, entre las muchas acepciones que posee, que es registro, subjetividad, posteridad, expresión, imágenes cargadas de significado y valor. Me pregunto entonces… ¿qué sucede con aquello que excede el encuadre o con lo que por alguna razón no se decide fotografiar? Si lo vivido forma nuestro presente, quiero entonces pensar, que esas imágenes, que ese excedente forman parte del archivo de la memoria. Un recuerdo que es íntimo y propio, pero a la vez tan versátil y efímero que sus límites pueden desdibujarse. Estas fotografías intervenidas tienen la intención de pensar las posibles transmutaciones de un recuerdo al ser evocado… desdibujar para dibujar sus nuevos límites.

El coordinador

Marcos Goymil (Arrecifes, Argentina, 1976)
Estudia en la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda y se forma en los talleres de Humberto Rivas, Lucas di Pascuale, Hernán Camoletto, Jon Cazenave y Erik Kessels, entre otros. Fue becario en el taller de Creación Artística coordinado por Francesco Jodice en Casa Encendida (Madrid) y en el ciclo de estudios de Proyecto Imaginario
(Buenos Aires). Su trabajo gira en torno a los relatos que nos contamos a nosotros mismos. Su obra refiere a la acción de desarmar las situaciones para comprenderlas mejor y restaurarlas para darles una nueva vida. Realizó muestras individuales, entre las cuales destacan Museo Antártico en el Museo Bonfiglioli (Villa María, Argentina), La métrica y la lágrima en el Museo de la fotografía Palacio Dionisi (Córdoba), y Escenarios en el turismo industrial en el Museo de Bellas Artes Fernando Bonfiglioli (Villa María, Argentina).

También participó de muestras colectivas entre las cuales destacan Sin señal. Festival Byte Footage en el Centro Cultural Kirchner, La fotografía en el arte y en la colección pública del Museo Caraffa (Córdoba), Mapas imposibles. Laboratorio Federal 2021 (Buenos Aires), Buenos Aires Photo 2019 y 2007, en el 108° y 103° Salón Nacional de
Artes Visuales (Buenos Aires), en el XI Premio de artes visuales UADE ART (Buenos Aires), en Universos cercanos, Casa Nacional del Bicentenario (Buenos Aires, Argentina), Siluetas y lazos en el MUNT, dentro del marco de la Bienal de Fotografía Documental (Tucumán, Argentina) y en el V y VI Premio AAMEC de fotografía contemporánea argentina (Córdoba), Premio FOLA Pampa Energía (Buenos Aires), entre otras.

Entre sus premios y distinciones destacan: seleccionado en el programa de residencia Laboratorio Federal 2021-Buenos Aires Museo (Buenos Aires), Beca a la Creación Artística en Artes Visuales otorgada por el Fondo Nacional de las Artes en 2021 y 2019 (Buenos Aires), Primer premio en el VI Premio AAMEC de Fotografía Contemporánea Argentina (Córdoba), Mención Especial en el Festival Argi Arantzazu (País Vasco, España), finalista en el premio de fotografía El Cultural (Madrid, España), Cuarto premio en Buenos Aires Photo 07 (Buenos Aires), Premio Mecenazgo a las Artes Visuales (Villa María), Segundo premio en “Villa María escrita con luz” (Villa María, Argentina), finalista en el premio de Fotolibro Latinoamericano del Centro de Fotografía de Montevideo (Uruguay), finalista en el Premio Lariviere Fotolibro (Buenos Aires), seleccionado en Scan PhotoBook (Tarragona) y en la XV Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife Fotonoviembre (Islas Canarias) Actualmente cursa la carrera de Especialización en Procesos y Prácticas de Producción Artística Contemporánea en la UNC y se desempeña como fotógrafo y docente en su estudio. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas.

 

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